sábado, 23 de enero de 2010

Lunar 2






He visto las lunas de mi odio
fraguarse en los hornos de la tierra.
Iniciarán su marcha clandestina
hacia mis sábanas
para contaminar mis luces,
mis insectos
y la piel suave de mis sueños.


Ellas impulsan mis muñecos altivos
calzados con aceradas botas
para partir genitales y esperanzas.
Una hecatombe de amarillos pájaros
impulsa esas lunas desde adentro.
De sus carnes lustrosas
lloverán las gotas de la muerte,
las auras doradas del cadáver
y la bruma de huesos sobre los cementerios.

Las lunas de mi odio
me llenan de insectos ponzoñosos
de estrellas moribundas,
de anacondas.

Las lunas de mi odio
viajan en antiguos tropeles
y devoran niños y muchachas
entre océanos, trigales y heredades

Después incendian bosques con su yesca helada,
alborotan ciudades,
arrancan muros
que caen inesperados
cuando callan los cencerros de la noche
y las rubias auroras se derrumban.

He bebido las lunas de mis odios
y ahora las orino:
potente chorro contra las rocas frías
tibio líquido que se tiñe de estrellas
y llena los mares,
los albañales
y suelta ratas en los callejones


Lunas genocidas del tiempo
que hacen vibrar balcones en las aguas.
Ahora las veo drenar
en el leopardo de la madrugada
y después quedo solo
forjando mis leyendas.


Gocho Versolari

Lunar 3








Y en el filo del ocio, clandestinas;
> luna blanca y luna negra, sin rodillas
> hacen puentes de miradas
> espantando las arañas de la noche.


Maria Eugenia Caseiro
> 0ctubre 19/04


La luna es una enorme araña
prendida de la carne de la noche
Araña luminosa, voladora. A veces
le pongo finas piernas,
pies delicados y sedosos
que arrasan la grama y el dolor
y descubren los cadáveres ocultos
en los inmensos lagos de la luz.

Entonces la luna
es una araña niña
que orina los faldones,
que engrampa las pelucas,
que arranca los tendidos del cielo,
que embadurna de pan
el escote oculto de la aurora.

Ahora la luna madre
amamanta a su hija
y recorre las estrellas de su mano
muriendo devorada
por las risa brillante de la luz.


Gocho Versolari


Lunar 4





Las mujeres
guardan la luna en la planta de los pies.
Los hombres la buscamos
desordenadamente
en los senos,
en el sexo,
en los ojos,
a lo largo de sus piernas,
en el hueco de sus hombros...
...y ellas andan descalzas
y la luna en sus plantas
sube
y
baja
del talón a los dedos:
navío al garete,
niño furioso y riente;
la esquiva luna en las pequeñas plantas
con misterios crujientes;
con su carga de toros
y de recién nacidos;
de bestias
y de hombres...

Nos bastaría
besar las plantas
del talón a los dedos
y llenarnos de luna
la glotis,
el esófago;
la vieja luna invadiendo las entrañas
y atragantando de claridad
la vida entera

Gocho Versolari

Lunar 5
















Las fauces de la luna
mastican los ciclos de la grama,
las uñas espectrales
el vientre de los cielos,
los sueños que flotan
y eunucos pájaros que vuelan
hacia el lejano resplandor del día.

Las fauces de la lunta
también mastican orcos
y peces
y hermosos cadáveres que ascienden
cuando la noche
se cansa de sus lejanías

En tanto
el menguante abre surcos,
túneles de papel
en la luz azulada
en el grito cansado
en el espacio yerto
en la silente angustia. Un petirrojo
lleva el amanecer
sobre sus alas.